Seguidores

sábado, 20 de noviembre de 2010

Hay que saber amar a la persona adecuada. &

Hay veces que hace falta cometer un error para darte cuenta de lo que de verdad necesitabas, y que ese error te haga sentir y imaginar como de verdad deberías hacerlo. Hay veces que el corazón confunde capricho con amor, algo usual pero nada agradable. Lo dejas jugar, lo dejas amar y te das cuenta de que todo era una simple ilusión. Por que, cuando te das cuenta de lo hecho, de que no hay vuelta atrás, de que has cometido algo de lo que te arrepientes, quizás no puedas volver a decir que No. Y, es entonces, cuando te das cuenta que no habrías sido capaz de dar un beso que de verdad sintieras, de derramar una lágrima que de verdad doliera y de sentir todo aquello que ya has sentido, pero con otras personas. Por que quizás esa extraña sensación debajo del estómago no era más que un agobio innecesario.
Y es ahora cuando te das cuenta de que eres libre, que antes yacías encerrada en una jaula que ni siquiera te pertenecía, apenas ponía tu nombre. Que existen cuatro tipos de amor, que sólo el tercero admite dos amantes, y el cuarto, dos enamorados. Que tú no estabas en ninguno de esos, pero, que aún así, te han hecho daño. ¿Por qué? Por lo que podría haber pasado. Por el agobio que no merecías, por las dudas que no te pertenecían.
Y en estos momentos es cuando pienso que el amor es cosa de algunos, que pocas veces encuentras lo que buscas, que hay que saber amar a la persona adecuada.