Seguidores

martes, 14 de diciembre de 2010

Y que las miradas griten todo aquello que no somos capaces de decir.~

Hay veces que lo darías todo por una persona. Que, te llevase donde te llevase, le seguirías. Y muchas veces son esos los peores caminos que casi nunca terminan en una luz brillante, en los que no hay esperanza. Pero, cuando lo das todo, lo haces por algo.
Hay veces que alguien te atraviesa el corazón con una sola mirada. Y, cada mirada de después, sigue despertando en ti esa extraña sensación. A veces piensas que, con aquella mirada, algo más que vuestros ojos se juntaron. Llegas a creer que todo ocurrió por una razón, que aquel momento gritaba todo lo que vosotros no sois capaces de decir. Pero, cuando vuelves a mirar y notas que su mirada está ausente, que no es a ti a quién busca, pedazos de aquella vana esperanza desaparecen. Y piensas que quizás te equivocarte al creer algo solo por su apariencia, que te adelantaste a unos hechos que tal vez ni son reales, que sueñas con cosas que no podrían llegar a ser posibles. Y duele, te atraviesa el corazón. Quizás no igual que aquellas miradas, pero sí el rastro que se deja al no volver tenerlas.
¿El amor? El amor es cosa de dos. Y yo aún soy solo una.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Mientras que hay veces que, al mirarte, no noto más que vacío.

Cómo cuesta afrontar que has dejado de amar sin derramar una sola lágrima. Y todo ese daño que te hicieron, ¿cómo puede desaparecer tan pronto? Parece cosa del destino que todo vaya según lo previsto. También lo parece que todo haya pasado tan increíblemente rápido. Aún así, cuando te miro, no puedo evitar sentir lo que, en un momento, sentía a todas horas. Mientras que hay veces que, al mirarte, no noto más que un vacío silencioso y amargo. Quizás todavía sea capaz de arrancarlo, de sacarle el óxido y volver a amar como lo hice antes. Pero quiero que sepas que como tú, nunca habrá ninguno. Y, que si echo algo de menos ahora, no es más de todo aquello que pasé, todo aquello que sentí junto a ti, cuando nada más que se escuchaban dos corazones latir. Y es que es verdad, te amé, mucho más de lo que puedo explicar o, simplemente, sentir. Pero eso no cambia nada, al menos, ahora no.
Y es que el amor es como la energía, no se crea, no se destruye, solo se transforma.